jueves, 24 de abril de 2008

EL PERRO GUÍA (Fin)

Bien, aquí te posteo la última entrega sobre la información del perro guía. Espero que te halla gustado y que pronto, cuando termines de leerlo, puedas comprobar por ti mismo/a lo útil que son estos perros para un ciego y sobre todo, la compañía que nos hace; a tal punto, que muchos lo consideramos mejor que a un miembro de nuestra familia o más que nuestros mejores amigos. Y como dice el dicho, el mejor amigo del hombre... el perro, y desde luego. Mucho le debo yo a River por todo lo que hizo por mi mientras estuvo en vida en mi vida. Nuevos perros aparecerán por ella y también nos avandonarán porque desgraciadamente sus vidas son muy cortas que más quisiéramos que estuvieran a nuestro lado el resto de nuestros días, pero como no puede ser, pues no tenemos más remedio que aguantarnos.

Sin más, espero que hallas disfrutado de este estupendo tema.

6. LAS FAMILIAS VOLUNTARIAS CON CACHORROS Los educadores.

El adiestramiento del perro guía sólo es posible gracias a la labor altruista y desinteresada de las familias que se ocupan de habituar/familiarizar a los cachorros a todas las situaciones de la vida diaria en el hogar. Las familias seleccionadas se hacen cargo del cachorro cuando éste tiene 6 semanas de edad y le enseñan a aceptar las reglas básicas de convivencia. El cachorro vuelve al centro de adiestramiento cuando cumple el año (por término medio), existen variaciones en función de la raza y necesidades específicas de cada individuo) donde se comienza el adiestramiento.
Ya en 1956 la GDBA comenzó a establecer un programa de cría y a introducir los cachorros en familias desde las 6 semanas, conscientes de la importancia de este periodo para conseguir perros equilibrados y aptos para el adiestramiento como perros guías. (Scott/Fuller en su libro “Genetics and the Social Behaviour of the Dog” y Pfaffenberger en sus estudios para el Centro de adiestramiento de San Rafael reforzaron estos planteamientos). Con la familia el perro aprende a ser limpio en la casa, a aceptar el ser manejado, cepillado, a caminar en el lado izquierdo sin tirar de la correa, a no subirse a los muebles, o ser destructivo, comienza a realizar sus primeros ejercicios de obediencia, etc.
La mayor parte de las escuelas del mundo han adoptado y establecido un programa de cría propio y educadores lo que explica el relativamente bajo nivel de rechazos que se produce durante el adiestramiento. En los centros que no disponen de programa de cría propio o programa de educadores.
Los porcentages de perros rechazados se elevan hasta cerca de un 70%.

7. EL ARNÉS

Es característico e identificativo de los perros guías y de cada una de las escuelas.
Consta de dos partes:
-El cuerpo: de cuero que rodea el pecho del animal
-El asa: de metal. Se ajusta en distintas posiciones según centros de adiestramiento, y según necesidades del usuario y/o perro.
La mayor parte de las escuelas adiestran a sus perros para trabajar en el lado izquierdo de la persona ciega. En ocasiones se realizan adaptaciones para el lado derecho si la persona ciega ha sufrido la amputación del otro brazo; en algunas escuelas de Japón se adiestra a los perros para trabajar en ambos lados e incluso un mismo perro para marido y mujer.
El perro se mantiene en el lado izquierdo de la persona ciega y camina paralelo. Cuando caminan, la persona se sitúa a la altura de los cuartos traseros del perro (posición de guía), esto da un tiempo de reacción de 2-3 segundos que permite a la persona ciega reaccionar ante cualquier cambio de dirección del perro o ante una parada repentina (bordillo, escalón, paso extrecho). Esto justifica el hecho de que el asa sea de metal y de distintas longitudes para permitir obtener la posición correcta.
El perro debe caminar en esa posición de guía y proporcionar una tensión suficiente para que la persona ciega pueda seguirla, sin llegar a ser fuerte dado que resultaría extremadamente incómoda y podría llegar a producir problemas/dolores de espalda e incluso deteriorar todos los aspectos de trabajo del perro guía (incremento de los niveles de estrés e incremento de errores, dificultad de control, etc).
La persona ciega debe sujetar el asa con suavidad para poder realizar un seguimiento adecuado de los movimientos del perro, sentir los movimientos a derecha o izquierda y evitar el incrementar la tensión.
El arnés, de algún modo, restringe la posibilidad de movimientos del perro guía y es uno de los factores que determinan la dificultad en su adiestramiento.
Durante el adiestramiento el perro aprende a aceptar a la persona que sujeta el arnés como una extensión de su propio cuerpo, y dejar espacio suficiente a la hora de negociar obstáculos.

La movilidad con el perro guía

El perro guía es un instrumento de movilidad personal (intransferible y monoplaza).
Una de las características de la movilidad con perro guía es que la persona ciega no tiene contacto físico con el entorno, se eliminan las referencias táctiles que puede obtener con el bastón (línea del edificio, farolas, etc) y ha de utilizar las referencias auditivas o cambios de superficie para poder determinar su situación en el entorno. Los únicos puntos de referencia y orientación, que se mantienen estables en el entorno, son el tráfico, los bordillos, los cambios de superficie, otros sonidos (tiendas, etc) u olores (panadería, kiosko, etc). Por esta razón se adiestra al perro guía siguiendo el principio de la línea recta, para facilitar la movilidad independiente y segura de la persona ciega. Siguiendo este principio, se enseña al perro guía a caminar en el centro del pavimento, manteniendo su concentración y una tensión suficiente para que pueda ser percibida por la persona ciega através del arnés. El perro deberá mantener dicha línea de desplazamiento hasta que el amo decida un cambio de dirección (una vez alcanzado el bordillo, por lo general) o bien el entorno le impide continuar. El perro ha de continuar en línea recta y negociar cualquier obstáculo que pueda aparecer en su camino, desviándose a derecha o izquierda dejando suficiente espacio para su amo, y volviendo a recuperar la línea de desplazamiento tan pronto como sea posible.
El perro guía aprende a parar en los bordillos donde esperará la orden de su amo para continuar o bien realizar un giro (derecha o izquierda).
La persona ciega tiene la responsabilidad de decidir cuando se puede realizar el cruce de forma segura, para ello ha de escuchar atentamente el fluido del tráfico y dar la orden al perro en el momento en que no hay tráfico, en caso de duda el usuario deberá solicitar la ayuda de una persona vidente para garantizar la seguridad en el cruce. El perro no tiene capacidad para decidir cuando es el momento seguro para cruzar, dada la complejidad y gran volumen de tráfico en nuestros días, con vehículos cada vez más rápidos y silenciosos.
Otro modo de garantizar la seguridad en los cruces es la utilización de pasos elevados o subterráneos (aunque en ocasiones pueden entrañar problemas de orientación) y la utilización de cruces regulados por semáforos (una vez que se conoce la secuencia de los mismos).
Con demasiada frecuencia nos encontramos con personas que están convencidas de que es el perro guía quien decide cuando resulta seguro cruzar. Debemos dejar bien claro que esto no es así, el perro no está adiestrado para identificar el cambio en la señal luminosa para peatones (rojo/verde) ni tiene posibilidad de llegar a comprender la complejidad del tráfico en nuestros días, con tráfico muy rápido y silenciosos. No obstante durante el adiestramiento se trabaja con el tráfico, en situaciones artificiales y controladas, para hacerle comprender al perro que un vehículo aproximándose significa peligro, en un principio el perro, por propio instinto de supervivencia, evitará aquellas situaciones que amenacen su vida, pero esta respuesta no es fiable.

Cualquier ruta, conocida o nueva, se puede desglosar en líneas rectas. La persona ciega deberá contar bordillos (subida o bajada) o cruces, para determinar en qué punto debe realizar los giros.

Pero no todo es un mundo de rosas con el perro guía, con frecuencia uno descubre la cantidad de perros que hay en la calle, la existencia de gatos y palomas en nuestras ciudades, la cantidad de basuras que hay en algunas aceras, la gran catidad de olores en las esquinas que atraen al perro. El usuario necesita controlar éstas distraciones para poder disfrutar de una movilidad fluida y relajada, de lo contrario, el trabajo del perro se deteriorará con gran rapidez. Además el perro no es un robot al que se le aprieta un botón y te lleva al banco sin más complicaciones. El usuario ha de mantener el control
de su desplazamiento en todo momento, dándole al perro las órdenes que procedan para llegar al destino establecido y corregir cualquier error que pueda cometer, si se salta un bordillo deberá pararlo y repetir la aproximación; si tropieza con una farola deberá corregir al perro e indicarle que debe dejar más espacio (el perro ha de aprender que su amo, al final del arnés, es una prolongación de su propio cuerpo). Además la tendencia de un perro guía conlleva una serie de responsabilidades, atenciones, cuidados y gastos que ha de afrontar la persona ciega (cepillado, alimentación, ejercicio físico, veterinarios).
Desde el momento en que se tiene un perro guía se necesitará aprender nuevas rutas, al veterinario para realizar los chequeos semestrales, al parque para el ejercicio, a un área donde el perro pueda hacer sus necesidades al tiempo que se necesitará mantener dicha área limpia.
En Inglaterra la GDBA financia, con las donaciones del público, los gastos de alimentación y veterinarios, durante toda la vida del perro, de todos los perros guías. En España éstos son gastos que ha de afrontar el usuario.
Otro aspecto importante a considerar es la estrecha relación que se establece entre amo y perro, afectiva y de dependencia mutua diríamos. Ambos comparten 24 horas al día durante 8 o 9 años, esto crea unos fuertes lazos de unión que pueden causar una profunda tristeza, ser una experiencia traumática, cuando llega la hora de retirar al perro, sufre una enfermedad o se muere (en muchos casos la persona sufre más esta pérdida que la de otros seres queridos), este es un aspecto que no siempre se valora o considera a la hora de solicitar un perro guía, y que podemos poner en la balanza de inconvenientes del perro guía.
Por lo general la movilidad con el perro guía resulta menos estresante para la persona ciega dado que se reduce el número de decisiones que ha de tomar. En los desplazamientos con el bastón la persona ciega ha de analizar y procesar la información que obtiene en cada uno de los movimientos del bastón y decidir si es seguro continuar o en qué dirección debe desviarse para negociar el obstáculo y continuar el desplazamiento de forma segura. Con el perro guía la cantidad de información a procesar se reduce y el perro utiliza su iniciativa para resolver algunas de las situaciones más comunes (se mueve a derecha o izquierda dejando espacio suficiente para su amo en presencia de un obstáculo en el pavimento, continúa en línea recta y se para al alcanzar un bordillo o escalón para indicárselo a su amo) reduciéndose de este modo el número de decisiones que debe tomar el amo y haciendo así el desplazamiento menos estresante, más relajado.
Es responsabilidad de la persona ciega el saber cómo se llega de un punto a otro y el tomar referencias del entorno en todo momento para conocer su posición y saber cómo continuar para alcanzar su objetivo en la ruta.

8. LA GDBA EN CIFRAS:

-La asociación es responsable de más de 7.500 perros.
-5.000 perros guiando a sus usuarios.
-Cerca de 300 machos y hembras de cría.
-Alrededor de 1.000 cachorros con las familias voluntarias, educadores.
-900 perros en adiestramiento entre los distintos centros.
-Más de 850 perros jubilados, en familias voluntarias que los cuidan.
-La organización se financia enteramente con las donaciones del público.
-El coste estimado de un perro guía está por encima de los 35000€. No obstante la persona ciega paga un precio simbólico de 50 peniques por su perro guía (en el Reino Unido).

En la actualidad no existen criterios homologados o test, aplicables a los perros procedentes de las distintas escuelas, que acrediten que el perro tiene un mínimo estándar de trabajo, esto queda a valoración de cada centro de adiestramiento.

2 comentarios:

Hermanita de la Caridad dijo...

Muy chula la historia, he aprendido un montón sobre este tema, y eso que ya me habías contao cosas antes.
Besos

Callejuelo dijo...

Despues de haber leido toda esta serie sobre el perro guia te das cuenta de la complejidad de tener un animal así, esperamos más historias de las tuyas. saludos